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Mostrando entradas de 2012

Nota autobiográfica (Albert Einstein)

A qui estoy, dispuesto a escribir, a la edad de sesenta y siete años, algo asi como mi propia necrologia. [...]   S iendo todavia un joven bastante precoz me percate vivamente de la futilidad de las esperanzas y anhelos que persiguen sin tregua a la mayoria de los hombres a traves de la vida. Pronto descubri, ademas, la crueldad de esa persecucion, que en aquellos años estaba encubierta mucho mas cuidadosamente que hoy por la hipocresia y las palabras deslumbrantes. La mera existencia del estomago condenaba a cada cual a participar en esa persecucion. Ademas, tal participacion hacia posible satisfacer al estomago, mas no al hombre, en tanto que ser pensante y sentiente. Como primera salida estaba la religion, implantada en todos los niños por medio de la maquina tradicional de la educacion. Asi fue como llegue -Pese al hecho de que era hijo de unos padres (judios) completamente irreligiosos- a una onda religiosidad, que sin embargo, alcanzo un abrupto fin a la edad d

If... (Rudyard Kipling)

Una idea que funciona (Javier Sampedro)

Los oncólogos están cada vez más convencidos de una hipótesis novedosa y rompedora. Dice que los tumores no son un mero crecimiento caótico de células enloquecidas, sino que se desarrollan, en el fondo, de una forma muy similar a los tejidos y los órganos sanos: a partir de unas pocas células madre programadas para dividirse y diferenciarse de una forma ordenada y jerárquica. Programadas, por tanto, para generar el tumor, y también para reproducirlo. La mera idea resulta en cierto modo aterradora, pero explorarla a fondo puede ser la única forma de vencer a los cánceres más insidiosos, los que se hacen resistentes a la mejor quimioterapia disponible para cada caso, e incluso a la extirpación.   La hipótesis no se puede considerar demostrada, pero en tan solo el último par de meses ha recibido unos apoyos experimentales difíciles de ignorar. Primero con tres trabajos publicados en Nature y Science sobre tres de los cánceres más refractarios al tratamiento, los de cerebro, piel e

Prologo de "La miseria del historicismo" (Karl Popper)

Con el fin de informar al lector de estos resultados más recientes me propongo dar aquí, en unas pocas palabras, un bosquejo de la refutación del historicismo. El argumento se puede resumir en cinco proposiciones, como sigue: 1. El curso de la historia humana está fuertemente influido por el crecimiento de los conocimientos humanos. (La verdad de esta premisa tiene que ser admitida aún por los que ven nuestras ideas, incluidas nuestras ideas científicas, como el subproducto de un desarrollo material de cualquier clase que sea). 2. No podemos predecir, por métodos racionales o científicos el crecimiento futuro de nuestros conocimientos científicos. (Esta aserción puede ser probada lógicamente por consideraciones esbozadas más abajo). 3. No podemos por tanto predecir el curso futuro de la historia humana.  

Hannah Arendt: “Qué es la Libertad”.

Las fuertes tendencias antipolíticas de la temprana cristiandad son tan familiares que la idea de que un pensador cristiano haya sido el primero en formular las implicaciones políticas de la antigua noción política de la libertad, nos parece casi paradójica.   La única explicación que viene a la mente, es que Agustín era romano tanto como cristiano, y que en esta parte de su trabajo formuló la experiencia política central de la Antigüedad romana, que era que, la libertad como comienzo deviene manifiesta en el acto de fundación. Pero estoy convencida de que esta impresión se modificaría considerablemente si lo dicho por Jesús de Nazareth fuera tomado más seriamente en sus implicaciones filosóficas. Encontramos en estas partes del Nuevo Testamento una extraordinaria comprensión de la libertad, y particularmente del poder inherente a la libertad humana; pero la capacidad humana que corresponde a este poder, que —en palabras del Evangelio— es capaz de remover montañas, no es la volu

Popper y la televisión (Ramón Alcoberro)

Las “últimas obras” y, especialmente, los “póstumos” acostumbran a ejercer una especial fascinación sobre los historiadores de las ideas. En nuestro gremio se cotiza al alza cualquier texto, por breve que sea, que aporte un matiz insospechado a un sistema de ideas, o que permita intuir el “desliz final”, más o menos inquietante, de algún filósofo insigne. Los comentaristas adoran ese tipo de escritos y sacan pecho cuando pueden sugerir que: “Tal vez, Fulanito, de haber profundizado en tan fértil intuición...”. O hallan un argumento para perdonar excesos cuando previenen: “Sí, pero, en su última obra, Menganito se retractó de...”. Las “últimas obras” se vuelven significativas –o aún cruciales– porque tienden a abrir más incógnitas de las que despejan. Por eso mismo, insistir en la importancia de los dos textos estrictamente “últimos” de Popper, como su entrevista para la RAI: “Against Television” de 1993, y el artículo culminado pocos días antes de su muerte: “Una p

El precio de no vacunar (Del blog 'El retorno de los brujos")

Uno pensaría que si las enfermedades prevenibles mediante vacunación como el sarampión, la tos ferina, o el tétanos provocan más muertes al año que el cáncer de útero o el cáncer de la piel , nadie se opondría a que se evitaran esas muertes. Uno pensaría que la sola erradicación absoluta de la viruela sería un argumento lo bastante contundente sobre los beneficios de la vacunación. La viruela mató, sólo en el siglo XX (hasta 1977, fecha de su erradicación) a entre 300 y 500 millones de personas . Más que todas las atroces guerras y acciones de exterminio organizadas por los seres humanos (campos de concentración, gulags, hambrunas ideológicas, revolución cultural, campos de la muerte en Camboya, etc.) en ese atroz siglo. El 80% de los niños contagiados morían. La viruela era además la causante de alrededor de un tercio de todos los casos de ceguera en el mundo. Un esfuerzo mundial de vacunación la erradicó salvando unos dos millones de vidas al a