Entre 1933 y 1945, más de 3,5 millones de alemanes habían estado en los campos de concentración o en prisión por razones políticas, y alrededor de 77.000 alemanes murieron por una u otra forma de resistencia por tribunales de fuero especial, consejo de guerra, y el sistema de justicia civil. Muchos de estos alemanes miembros de la administración del estado fueron considerados por los nazis sospechosos de subversión y conspiración. Con el debido respeto con todos los grupos opositores, a los que en su momento rendiremos el recuerdo necesario, centraremos nuestra atención en un grupo especialmente interesante, tanto por la profundidad de convicciones, como por su heroísmo, no basado en mera bravuconería sino en un integridad moral y coherencia personal: la Rosa Blanca (en alemán, Die weiße Rose ) abogaba por la resistencia no violenta contra el régimen. La rebelión contra la guerra y la barbarie prende la mecha de este pequeño número de estudiantes universitarios centrado en Munich