Recuerdos a todos los seguidores desde la redacción de este blog, en especial los de la Red Libertad, y mis disculpas a por hacerme de esperar desde el principio del verano pasado; no obstante, obligaciones profesionales y algún otro día de canígula veraniega han debilitado mi capacidad de concentración. Así que prometo volver al cotidiano ritmo de publicación de esta bitácora, comenzando por aquí.
Y no es que los tiempos no hayan traído aventuras (más bien desventuras) en la escena nacional o internacional; todo lo contrario, hasta tal punto que pueden hacer zozobrar al mejor navegante.
Seguimos instalados en una crisis de la que supuestamente estaríamos "saliendo", me temo que como mucho hemos salido de la UCI a Urgencias y no es descartable que volvamos si las actuales dificultades de nuestros vecinos europeos hacen refluir el entusiasmo por el modelo exportador. Pero, en definitiva, nuestra crisis es más que económica, es política, moral..., es una crisis de civilización, y la respuesta que demos a estos retos tendrán un valor decisivo, para nosotros y varias generaciones futuras. No en vano, en comparación con el verano pasado, que nos "obsequiaba" con las tropelías de Barcenas, este esta resultando de una exuberancia maliciosa capaz de estimular el ingenio para la sorna y el humor de la parroquia nacional. Os ahorraré nombres, pues ya los conocéis por sus fechorías.
Desde las últimas elecciones europeas y durante los rigores estivales ha sido la comidilla, aparte de la salida "del armario" del Sr. Pujol, la emergencia de una nueva fuerza política radical o anti-sistema, por llamarla de alguna forma. Efectivamente, el día siguiente de las elecciones, había un histerismo sobre Podemos y sus líderes, desde los medios tanto afines como de los antagónicos, que posiblemente no haya más que reforzado la fama y auge de esta fuerza. Dará que hablar también este blog el propósito y programa de la citada fuerza; cuya emergencia no dudaré en calificar como negativo. Pero, claro dará mucho que hablar, pues cuando los políticos que defendían la estabilidad del régimen se han desprestigiado a marchas forzadas y por demérito propio.
Uno de los primeros análisis se centrará en el fenómeno Podemos, sin demonizar ni caer en catastrofismos pero analizándolo con todas las consecuencias y dejando claro que si ese programa se aplicase a día de hoy supondría simplemente la ruina y los de abajo, como siempre, serían los primeros en sufrir las consecuencias.
Lo del ébola ha sido como la gota que ha colmado el vaso de nuestro pesimismo y ha dado una imagen tan lamentable y tan caínita de nuestro país (los unos y los otros) que prefiero no entrar de momento en ello. Solo constatar que al final la tragedia se ha cebado en tres países pobres africanos y la única causa del revuelo, ha sido que se haya atrevido a mostrar sus filamentos en países occidentales: solo ahora estamos frenéticos en encontrar remedio para un virus conocido por sus brotes desde el año 1976.
Y sin entrar a valorar la ignominia y vergüenza que sigue provocándonos la corrupción de nuestros políticos y plutócratas "amiguetes de", finalmente recordaré un asunto al que quizá no se le está dando toda la importancia que se debería, al menos en nuestro solar patrio: la amenaza global del Estado Islámico (ISIS) generado en Siria y en Irak. Y es especialmente relevante en un país que algún delirante yihhadista reivindica como el viejo califato de Al-Andalus; pues los delirios de hoy, pueden ser la agenda del futuro; al menos si no miramos para otro lado.
Es claro y meridiano que a nadie decente le gusta una guerra por sí; y, hablando por mi y la ciudadanía occidental, es muy fácil contemplar los toros desde la barrera, lejos del campo de batalla. Pero no podemos dejar de apoyar a las tropas occidentales o al menos los bombardeos que se están realizando sobre posiciones yihhadistas, que buscan favorecer la desesperante situación de los enemigos del infernal "califato", en especial los 'peshmergas', que se están demostrando su valor a pie de trinchera, en particular sus bravas guerreras. Y si no le gusta a Cayo Lara es su problema, que caso de ser el Ejército Ruso o el antaño Rojo el atacante se desharía en elogios.
Platypus.
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