Uno de los sucesos históricos que más me han impactado es sin duda la rebelión de la Fortaleza de Kronstadt contra el gobierno bolchevique y su posterior represión. En mi primera juventud me identifiqué con el marxismo; inevitablemente un jovencito leído con la moral y valores ilustrados e impresionado por la flamante autoproclamación de ciencia de dicha ideología. Por otra parte, no podía simpatizar demasiado con el “socialismo real” de raíz estaliniana: sin duda para mí la tendencia que seguía portando la esencia era el trotskismo, Trotsky un lider idolatrado y los primeros años de Revolución Rusa, hasta la muerte de Lenin el testimonio histórico más brillante de un país gobernado por la clase obrera y el campesinado a través del sistema de democracia de base. La primera ocasión en que hoy hablar de una cosa tal como la rebelión de Kronstadt, donde marinos , obreros y sus familias se alzaron contra el gobierno bolchevique, no puede no sentir cierta patada en la boca del e