De XL Semanal. PATENTE DE CORSO Irina y Evguenia Fominá, nieta y bisnieta, sabían que su abuelo había muerto en España durante la Guerra Civil, pero ignoraban dónde. Eso es lo que cuenta Yuri Korchagin, embajador de Rusia, ante un solomillo poco hecho y una botella de rioja, mientras cenamos en Lucio. El embajador –que habla un español extraordinario– es un buen amigo con quien me une, entre otras cosas, una admiración sin límites por Augusto Ferrer-Dalmau, el formidable pintor de batallas español, que acaba de estar con las tropas rusas en Siria, trayéndose una veintena de bocetos para un cuadro que presentará en mayo en Moscú. Augusto es el tercero en la mesa, y hablamos de cuadros, batallas y héroes olvidados. El abuelo de Irinia y Evguenia, sigue contando Yuri, se llamaba Fiódor Dombrovsky y era piloto de combate, teniente de la 7.ª escuadrilla de la Unión Soviética, enviada en 1936 para ayudar a la República. El aviador había venido a España dejando allá a un