El 9 de mayo de 1992 se publicaba esta entrevista en el diario El País. Se nos revela un hombre sencillo, un liberal pero antes un librepensador que desdeña el dogma. Isaiah admite no ser profeta, a pesar de su nombre, se reconoce casi un ignorante en economía y pobremente dotado para la filosofía pura: 'se quedó' así en historiador de las ideas. Simplemente un hombre bueno, quizá.
Se adhiere Isaiah a la corriente pesimista en su retrospectiva del siglo XX, 'el más sangriento de la historia'. Y si bien no le falta fundamento, expreso mis reservas: no conozco siglo de la historia humana inmaculado de sangre, derramada además sin demasiados remordimientos . Lo que separa quizá al exterminio de Cartago, el circo romano o las Guerras de Religión sea en esencia la multiplicación del poder letal por medio de la tecnología. No obstante, el desarrollo de la ciencia y la tecnología en dicho siglo y su aplicación pacífica son también las buenas nuevas del siglo XX. Y los derechos humanos, como concede Isaiah, que aunque ultrajados en abundancia en dicha centuria son en ella considerados como un referente moral, al menos en las naciones civilizadas.
Como buen liberal no puede el maestro sino congratularse de la caída del bloque soviético. Pero no es un liberal doctrinario o dogmático, acepta la intervención del estado para conseguir un bienestar básico y desconfía de la potencialidad del mercado para resolver todos los males. He aquí que reivindica expresamente un New Deal de no demasiada buena prensa entre el liberalismo contemporáneo.
No acabará la retrospectiva sin una mención a Carlos Marx al que el entrevistado no vacila en considerar 'un genio'. Son el exceso de seguridad en su intelecto y la plasmación de sus ideas en un sistema ideológico con propósitos políticos redentores lo que conjura un nuevo Golem, que degenerará, quizá de forma inevitable, en una serie de movimientos políticos de corte totalitario. Me permito añadir yo que a su pesar fue Marx el impulsor de un auténtico movimiento religioso de masas de carácter ateo.
Azote de todo despotismo y sin reservas: Mao, Stalin, Hitler; no olvida incluir a Franco entre los recuerdos ingratos del siglo. Quede ello como correctivo para toda una caterva de 'compañeros de viaje' que intentan reivindicar a 'Cerillita' como 'impulsor del liberalismo' en la España del S XX.
En definitiva, disfrútelo el lector:
Como buen liberal no puede el maestro sino congratularse de la caída del bloque soviético. Pero no es un liberal doctrinario o dogmático, acepta la intervención del estado para conseguir un bienestar básico y desconfía de la potencialidad del mercado para resolver todos los males. He aquí que reivindica expresamente un New Deal de no demasiada buena prensa entre el liberalismo contemporáneo.
No acabará la retrospectiva sin una mención a Carlos Marx al que el entrevistado no vacila en considerar 'un genio'. Son el exceso de seguridad en su intelecto y la plasmación de sus ideas en un sistema ideológico con propósitos políticos redentores lo que conjura un nuevo Golem, que degenerará, quizá de forma inevitable, en una serie de movimientos políticos de corte totalitario. Me permito añadir yo que a su pesar fue Marx el impulsor de un auténtico movimiento religioso de masas de carácter ateo.
Azote de todo despotismo y sin reservas: Mao, Stalin, Hitler; no olvida incluir a Franco entre los recuerdos ingratos del siglo. Quede ello como correctivo para toda una caterva de 'compañeros de viaje' que intentan reivindicar a 'Cerillita' como 'impulsor del liberalismo' en la España del S XX.
En definitiva, disfrútelo el lector:
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/berlin70.pdf
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