El "camarada" Stalin muerde el polvo por obra de los propios obreros húngaros Cuando hace unos seis años escribía este articulillo en memoria de la Revolución Húngara de 1956 mis puntos de vista estaban más cercanos a una visión social-demócrata, por supuesto nada contemporizadora con el totalitarismo, pero distinta de la actual. Aunque he actualizado el texto he mantenido a propósito ciertos elementos que ahora me pueden parecer ingenuos, como la gestión de la fábrica por los propios trabajadores. Y no es que rechace la posibilidad de nuevas formas de organización con elementos de cooperación y mutualismo, pero desde luego sobre bases económicas mucho más sólidas y en un contexto de economía de mercado. En la actual soledad de Europa no tenemos más que un medio de permanecer fieles a Hungría: no traicionar nunca, ni en nosotros mismos ni en los demás, aquello por lo que los combatientes húngaros murieron, y no justificar nunca, ni siquiera indirectamente, lo